En la vida diaria nos encontramos constantemente con dos tipos de personas perfectamente definidas y que se reconocen fácilmente: Los optimistas y los pesimistas.
.El optimismo es una actitud ante la vida, es la relación entre lo que te pasa y cómo lo interpretas. La realidad es la misma pero el comportamiento y los pensamientos de un optimista y un pesimista frente a la realidad son los que cambian, son bastante distintos.
Los Pesimistas: Una vida segura, agradable y sin dificultades, no hace a la gente optimista. Hay gente que hagas lo que hagas, todo le parece mal. Gente que te amarga la vida. Son personas que han desarrollado actitudes negativas y derrotistas. Son propensos a la depresión y al derrotismo. Son destructivos. Suelen estar bajos de energía y causan daño a su entorno y se lo causan ellos mismos. Son como lastres. Se amargan y sufren cuando las cosas no se adaptan a sus deseos.
Se centran en lo negativo y desalientan a los demás. Son personas tóxicas. Tienen una mente entrenada en la desconfianza. Constantemente se ponen en lo peor. Se resisten a los cambios. Abandonan rápidamente. Rara vez se arriesgan.
Viven menos, tienen peor salud, tienen peores trabajos y menos amigos. Al que le caen siempre todos los marrones, probablemente es él el marrón.
Los Optimistas: Optimismo, proviene del término latino que significa "el mejor". Los optimistas son personas habitualmente felices que están contestos con su vida y se centran en ello. Diseñan sus vidas, se responsabilizan de ellas, son resilentes. Son constructivos. Son energéticos. Saben que la felicidad está dentro de uno mismo y no en el exterior. Cuando toman una decisión, se centran en lo que han ganado y no en lo que han dejado o perdido. Creen que les van a pasar cosas buenas y las buscan. Buscan el lado positivo de cualquier cosa y eso les hace estar en paz consigo mismos. Te hacen sentir importante cuando estás con ellos.
¿Tú… de que lado estás? …
Y Si eres pesimista, estás a tiempo de cambiar. Cualquiera puede hacerlo … y tu momento es ahora, porque tu SER no es inmutable.
Para ello la herramienta más poderosa que existe es el COACHING