Optimismo y CRISIS

Hemos alcanzado la mayor tasa de esperanza de vida de nuestra historia, los mayores avances tecnológicos y médicos y sin embargo con los cambios permanentes, con la incertidumbre y con la crisis hay más depresiones, infartos y desencanto que nunca. Los datos al respecto que arroja la Organización Mundial de la Salud son altamente preocupantes.

Hace años, el fármaco más vendido  era la aspirina y hoy son los ansiolíticos y los antidepresivos.

Pero lo que está claro, es que ésta es la época que nos ha tocado vivir y tenemos que vivirla de la mejor manera posible. Y por la pinta que tiene, la crisis no parece algo pasajero.

¿No piensas  que el mundo necesita una gran trasformación?, ¿y quién crees que va a realizarla?… ¿los pesimistas?

El problema es que en una época tan negativa como la que estamos viviendo, es muy fácil caer en una espiral muy peligrosa de pesimismo, sentirse víctima de las circunstancias y verlo todo negro. Por eso hoy más que nunca, el optimismo debería ser una obligación moral. Necesitamos a muchos optimistas que contagien a los demás y que transformen el mundo.

Es muy fácil acabar habituándose a ver sólo el lado negativo de la vida, y hacerlo puede dañar tus relaciones, tu vida familiar, tu trabajo y tu salud.

Quizás te está empezando a suceder ahora mismo esto y no te estás dando cuenta o quizás ya te has dado cuenta pero no sabes cómo salir de ello.

Tienes que evitar que los sinsabores de la vida te amarguen la existencia.

La vida no es una emergencia continua. No hay que llegar a todo. No hay que tener razón en todo… simplemente hay que ser feliz y hacer felices a lo que te rodean.

Por eso en el mundo de crisis en que vivimos, hace falta mucho optimismo y mucha fortaleza interior para seguir alimentando la esperanza en un futuro mejor.

Y de lo  primero que tienes que ser consciente. (Lo primero que tienes que grabarte a fuego en tu cerebro), es que la felicidad en tu vida,  no depende de las cosas que te pasan, sino de lo que te haces con las cosas que te pasan, de cómo las afrontas, de cómo las interpretas. En definitiva, dependen de tu actitud.

Porque, NO nacemos negativos, aprendemos a serlo por el entorno que nos rodea, por las decepciones, los desengaños, las expectativas no cumplidas y los dolores emocionales.

Además, nuestro ser aunque no te lo creas, no es inmutable. Todos podemos cambiar. Y para transformarnos en  seres más positivos y felices, la herramienta más poderosa que existe actualmente es el COACHING

Comparte éste artículo: